Aunque muchos de vosotros penséis que no, la realidad es que SI. Está comprobado que un producto se vende más rápido si entra por los ojos. En el mundo inmobiliario ocurre lo mismo, reformar una casa te puede ayudar a venderla más fácilmente y además por un precio mejor. De hecho hasta tiene un nombre que, quizás, ya hayas leído en alguna ocasión: FLIPPING.
Si te encuentras en el momento de vender tu vivienda y tienes dudas sobre si hacerle una reforma o no, hoy te damos las claves para aumentar el valor de tu casa y su rentabilidad.
Ventajas de reformar para vender
Si has visto los famosos programas de televisión en los que reformar una casa parece que sea sencillo, fácil y rápido, ya te decimos que ¡nada más lejos de la realidad! No te vamos a mentir, ya sean los gemelos de la tele o la decoradora Hilary Farr, la realidad es que son reformas que llevan varias semanas.
Pero tienen ventajas y debes tenerlas claras:
- La puedes vender más rápido: La mayoría de los compradores prefieren inmuebles en los que se pueda entrar a vivir directamente, sin perder tiempo en reformas.
- La puedes vender más cara: Los compradores están dispuestos a pagar más por un inmueble si con ello se ahorran el tener que hacer reformas.
Sobre todo si la vivienda es antigua, la reforma cobra mucha más importancia.
¿Es necesaria una reforma integral?
Antes de lanzarte a reformar una casa debes tener en cuenta dos aspectos:
- Si cuentas con suficiente dinero para rehabilitar la vivienda
- Qué aportará una reforma al piso (y a su precio de venta)
Una alternativa a la reforma integral es un lavado de cara. En otras palabras, pintar y adecentar la casa, cambiando la decoración y haciéndola más atractiva a la vista. Como hemos comentado al principio, una primera buena impresión condicionará la percepción del resto de la casa y de su precio.
¿Cuáles son los cambios y reformas que más valor aportan?
Aunque hay algunas que son prácticamente imprescindibles, estas son las reformas que más valor aportarán a tu inmueble:
- Arreglar pequeñas averías: Esto es prácticamente obligatorio. Te ayudará a no tener que dar explicaciones durante la visita y a que no tengas que negociar a la baja el precio de tu casa.
- Pintar la casa: Mejorará la estética y la primera impresión.
- Crear nuevos espacios de almacenaje: Un armario empotrado puede cambiar la cara a una habitación y que escuches la famosa frase “¡Qué bien están los armarios! Hay mucho espacio para guardar cosas”
- Cambiar el suelo: Especialmente si tienes una casa antigua, es una de las cosas que más llamarán la atención.
- Remodelar el baño: Para no reformarlo entero puedes optar por cambiar la cortina de ducha, el espejo, los grifos o la tapa del inodoro.
Esperamos que esta pequeña guía te haya servido para aclarar dudas sobre cómo reformar una casa para venderla y por dónde comenzar. Y recuerda: “los pequeños detalles son los que marcan la diferencia”.
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